Comprando sonrisas baratas


Aún no he acabado. Ya me entiendes; de levantarme del suelo, de coser heridas...
He comenzado a pensar que es inútil, que me volverás a tirar y si estoy de pié, bien en lo alto, el golpe será peor. Que si se me vuelven a abrir las heridas después de cerradas, más grandes quedarán las cicatrices.
No entiendo cómo, cuando incluso me doy cuenta de lo ilusa que he sido, y juro y perjuro que nunca más volveré a perder la realidad de vista, estoy siendo ilusa.
Haciendo oídos sordos, no escucho cómo mi cabeza araña paredes y desgarra verdades intentando aferrarse a cualquier excusa, a cualquier mentira con voz de sirena, a cualquier sonrisa barata.

Esperar.
Lo único que he aprendido a hacer en cuatro años. Derrocho alma y vida en ello y, sin embargo, sólo hay algo de lo que me sienta arrepentida:

De no abrazarte más fuerte aquella tarde.

Lo sé, es triste.

4 comentarios:

Diario de un PEaton dijo...

Hay historias que no saben a sal, y que nos sumergen a la desdicha y pesadumbre de las horas muertas.

Buen texto.

Estrógena dijo...

ME ENCANTA ESTE BLOG... ME HA ENCANTADO EL TEXTO... UN ENCANTO.
MUA

elblogdeestrogena.blogspot.com

Diario de un PEaton dijo...

TE COMPRARIA UNA sONRISA, de esas que cuestan caro.

Luna Méndez dijo...

Vaiolettttt!!!

carajo!
hacía tiempo que no me paraba a leer los blogs en condiciones, sin prisas y esas cosas!

Es triste, sí, pero de algo hay que arrepentirse en esta vida :(
Buena forma de decirlo ;)