Confesiones a mi almohada

Me hablas. Te oigo. Te veo.


Ahí estás, imposible ignorarte mientras mi corazón grita.

Una vez más, puedo sentir como se me resbala el control entre los dedos, y mi estómago se retuerce del vértigo. Me miras.

No han sido muchos los años que llevo dando brincos tras un sueño, pero me cuesta pensar que hubo vida antes de soñar.

Lo persigo con heridas en las rodillas de tanta caída, pero la sangre y el dolor no me impiden perder la ilusión, aunque ésta sólo me deje olor a mentiras enredado en mi pelo.





De nuevo escribo palabras para ti, porque me gustaría que sintieras como clavo el alma en cada letra.

Abandono y desisto. Bandera blanca.
Se me olvidó olvidarte, y ahora tendré que caminar con lágrimas colgando de mis pestañas. Sí, lloraré y me derrumbaré al encontrar tus besos en otros labios...

Sin embargo es curioso que, sin saber cómo, aún recuerdo como sonreír para ti cuando la pasión nos dirige con sus hilos de acero, y que me guste revivir momentos desde lejos, con la mirada cosida a tu espalda.







¿Sabes? Si tu no me quieres...
Si tu no me quieres yo te querré por los dos.

1 comentario:

Luna Méndez dijo...

:)

este texto mejora cuanto más avanzas, el final es muy, muy bonito, y la última frase genial!

aunque de todo, creo que me quedo con "la mirada cosida a tu espalda"

si.
un abrazo